“Alguna chica intentaba hacerme su chica rosa Stanley en el gimnasio … y no dejé que eso sucediera”, cube el creador @majordepressivePisode en un tiktok de febrero con más de 200,000 me gusta. Aunque no se declara explícitamente, la concept de la “chica de Stanley rosa” se entiende casi universalmente, incluso puede haber encontrado uno usted mismo. En esencia, es la persona con la que compites en silencio en el gimnasio (presumiblemente alguien que crees que podrías vencer). El término originalmente ganó tracción gracias a Un video viral de un hombre compitiendo contra una niña con una botella de agua de Stanley rosa en la escalera. “Han pasado cinco horas y ella no saldrá. Ayuda”, escribió el creador.
Claramente, las chicas Pink Stanley no deben ser subestimadas. Pero la gente continúa comparándose de todos modos. Si bien competir con extraños durante horas en el Stairmaster se siente un poco extremo (al igual que hacer suposiciones basadas en la botella de agua de alguien), no estamos por encima de levantar un poco más de peso solo para mantenernos al día con nuestros compañeros de gimnasia.
Dicho esto, ¿es saludable competir con otros en el gimnasio? ¿Y en qué momento compararte con las chicas Pink Stanley se vuelve menos motivador y más tóxico? Para obtener más información, le preguntamos a un psicoterapeuta. Siga leyendo para ver lo que tenían que decir sobre las chicas Pink Stanley, además de algunas formas más saludables de motivarse en el gimnasio o durante su próxima clase de entrenamiento.
Expertos presentados en este artículo:
Janet BayramyanLCSW, es un psicoterapeuta con licencia en Camino hacia el bienestar terapia.
¿Está bien tener una chica rosa Stanley?
Muchos de nosotros hemos competido silenciosamente con otros en el gimnasio, pero ¿qué tan saludable es eso, realmente? Según el psicoterapeuta Janet Bayramyan, LCSW, depende. “Un poco de competencia silenciosa puede ser un motivador pure, empujándolo a levantar más pesado, correr más rápido o mantenerse consistente con sus objetivos de acondicionamiento físico”, cube ella. “A veces puedo estar en mi propia competencia silenciosa con otros asistentes al gimnasio, ya que noto lo rápido que alguien podría estar corriendo y trato de seguir el ritmo o ir más rápido”. Sin embargo, llega un punto en el que vayas más allá de empujarte para hacer tu mejor esfuerzo.
“Si la competencia te hace sentir inspirado y conducido, puede ser una herramienta útil. Si conduce a sentimientos negativos de autocrítica, comparación o ansiedad por el gimnasio, es cuando puede volverse poco saludable”, cube Bayramyan. Una forma de evaluar su propia mentalidad es preguntarse por qué está compitiendo. “¿Lo estás usando como flamable para crecer? O mides tu valor contra otra persona?” Bayramyan pregunta. “Si la competencia comienza a hacerte sentir inadecuado o resentido, es hora de cambiar tu enfoque hacia adentro”.
¿Pueden las chicas Pink Stanley motivarte?
“Puede cuando se enmarca correctamente”, cube Bayramyan. “Los estudios muestran que un poco de comparación social puede aumentar la motivación, especialmente en el estado físico. Ver el progreso de otra persona puede indicarle a su cerebro que la mejora también es posible para usted”. La proverbial chica rosa Stanley también puede darte un impulso de adrenalina para ayudarte a empujarte un poco más. Pero aún necesitas tener algo de autocompasión.
“Si constantemente sientes que te estás quedando corto, esa ‘motivación’ puede ser contraproducente en la frustración, la ansiedad del gimnasio o incluso la evitación”, señala Bayramyan. Para fomentar una competencia saludable, recomienda lo siguiente:
- Usando una competencia silenciosa para desafiarse a sí mismo, no castigar a sí mismo.
- Reconociendo que todos tienen diferentes puntos de partida, objetivos y tipos de cuerpo.
- Dejar que la competencia silenciosa sea un motivador, no el único motivador.
Formas más saludables de motivarte en el gimnasio
No es inherentemente dañino competir contra la niña Pink Stanley en el gimnasio (después de todo, todos somos humanos). Pero si está interesado en formas de motivación más saludables, y potencialmente más efectivas,, Bayramyan recomienda alejarse de la competencia externa. Aquí hay algunas estrategias para comenzar:
- Competir contigo mismo: Eres tu mejor competencia. “Rastree sus ganancias, mejoras en la resistencia o la capacidad de mantenerse consistente”, cube Bayramyan. “Ver esas pequeñas victorias construye una motivación a largo plazo”.
- Establecer metas más profundas: “Concéntrese en la fuerza, la resistencia, la flexibilidad o su bienestar psychological en lugar de solo cómo se ve”, aconseja Bayramyan. Esto te ayudará a sentirte más motivado en normal.
- Hacer que el movimiento sea agradable: Es más fácil mantenerse consistente y sentirse motivado cuando realmente disfrutas de tus entrenamientos. “Esto es muy importante para mantener sus objetivos y progresos a largo plazo”, cube Bayramyan. “Si el gimnasio se siente como un castigo, pruebe nuevos entrenamientos, clases o música que lo hagan divertido”.
- Cambia tu mentalidad: Tal vez estás pensando en la chica rosa Stanley, todo mal. En lugar de “Necesito seguirla”, Bayramyan sugiere reformular tu pensamiento a “Me encanta lo fuerte que me siento cuando me esfuerza”.
- Ver ejercicio como autocuidado: “Replantea el tiempo de su gimnasio como tiempo para el autocuidado”, cube Bayramyan. “En lugar de la competencia, vea sus entrenamientos como una forma de cuidar su cuerpo, desestresarse, divertirse y aumentar la confianza”.
Chandler Plante (ella/ella) es editor de salud y acondicionamiento físico asistente para PS. Tiene más de cuatro años de experiencia en periodismo profesional, que anteriormente trabaja como asistente editorial para la revista Folks y contribuye a Ladygunn, Millie y Bustle Digital Group.